sábado, 25 de febrero de 2012

De como perder la dignidad ràpido y fàcil en un dìa cualquiera

Resulta que hace unos dìas alguien (que no se para que me doy el trabajo de colocar el enlace si ya es casi obvio quien es) estuvo de visita como suele ocurrir en estas fechas en que la gente no tiene mucho que hacer. Perìodo de tiempo usualmente llamado "vacaciones". No ocurriò mucho interesante, solo màs aventuras decadentes y discapacitadas que relatarè con prontitud (en serio, lo tengo muy presente), saludos, alegrìas, llanto, cosas de persona, explosiones nucleares, orden de alejamiento a ciertas multitiendas, explosiones en vòmito, 72 horas de insonmio, incendios...En fin, lo normal. Dentro de todo yo tampoco tenìa muchas cosas que decir y mi persona no habìa sufrido tantos daños morales como para contarselo a mi pùblico, pero en ese momento en que digo o pienso "¿acaso podrìa algo arruinar estos maravillosos dìas?" la vida piensa que en lugar de estar agradecida de todo la estoy desafìando y se pone pesada, me mira feo, me escupe en la cara y me hace perder la dignidad. Porque yo, de verdad no tuve la culpa, pudo pasarle a cualquiera, pero me pasò a mì.

Ayer a eso de las dos de la tarde estuve viviendo ese incòmodo momento donde tus invitados se ponen a hacer berrinches, que por lo general se reducen a una conversaciòn de dos frases: "No me quiero ir" y "Te tienes que ir, vas a perder el bus", que puede evolucionar a un "¡¡PERO DE VERDAD NO QUIERO!!". Tras aproximados 20 minutos de discusiòn decidì comenzar a arrastrar a la visita, lo cual lentamente comenzò a dar resultados (recibì unos golpes, pero valiò la pena).El viaje hacia el terminal de buses no fue agradable para mì y en realidad todo lo que pasò desde que salimos de la casa hasta que regresè a ella no fue agradable para mì. Mientras esperabamos el bus surgieron vehementes deseos en mi de comer un danky, asì que en cuanto la visita se fue mi mente dijo "ahora es el momento" y ¿què mejor ambientaciòn para comer un helado que un dìa nublado en las afueras de un terminal? Eso deberìa tener mucho estilo, pero como ya dije, cuando la vida te quiere joder te jode.
Avancè hacia el negocio, que estaba literalmente al lado del terminal y esperè a que el señor notara mi presencia. No demorò mas de 30 segundos, asì que con mi mejor voz de "no me importa nada" dije "quiero un danky" e hice el intercambio de dinero por helado y me regocijè montones.

Comencè a sacarle el papel, todo bien, se pegaba un poco, pero no pasò a mayores. Luego de eso, procedì a sacarle la tapa plàstica de encima y ahì las cosas se comenzaron a poner feas: el helado estaba tan frìo que la tapa estaba pegada y era imposible sacarla sin que el helado se cayera. 
Estuve casi 3 minutos intentando sacar el plàstico antes de decidir a salirme del negocio, porque la  verdad tenìa el leve presentimiento de que mi presencia le incomodaba al vendedor. Pèsima idea, salir a la calle fue lo peor que pude hacer, tuve que comerme el helado de la forma màs poco glamorosa que puede existir (nota: pueden hacer una imagen mental tambièn pensando en cualquier niño menor o igual a 3 años con un cono de helado) de espaldas en una esquina del terminal, como si estuviera consumiendo drogas, pero no, sòlo era helado.
Todo parecìa bajo control hasta que sonò mi celular, pero al momento de contestar el telèfono el helado se sufriò un ataque de depresiòn y decidiò arrojarse al vaciò. No tengo idea cuantas manos tenìa en ese instante porque la verdad recuerdo haber estado sujetando el helado, el cono del helado y estar hablando por telèfono, aunque pensandolo bien una explicaciòn puede ser que me negaba con todas mis fuerzas a perder mis $990 de esa forma tan imbècil.
De alguna inexplicable forma logrè cortar y para ese entonces ya tenìa mis manos y parte de mi ropa con chocolate. Segundos antes de que el helado intentara suicidarse habìa conseguido quitar la tapa plàstica, por lo que aùn estaba comiendome el helado con poco glamour. Cuando finalmente terminò la tortura de la parte suicida del helado, pude dignarme a comer afuera del terminal, dando la cara al pùblico y con todo el glamour del mundo, sin embargo, tenìa todo el contorno de la boca, las manos y la ropa con chocolate.
Me dirigì a tomar el coso con ruedas que me regresarìa a mi hogar con la sensaciòn de haber sido derrotada aquel dìa, asì que tomè el boleto y me sentè con actitud de nada. En cierto momento, al verme en el reflejo de la micro notè que mi aspecto me hacìa perder todo el respeto de manera casi automàtica, asì que mirè al boleto y el me mirò y yo lo mirè y el me mirò y yo pensè... "¡¡AL DIABLO!! ¿¡QUIEN LO VA A SABER!?" y, dado que no tenìa nada màs que perder, lo usè como servilleta...
30 minutos despuès lleguè a la casa y como no tenìa chocolate nadie notò lo sucedido. Me lavè las manos y decidì olvidar todo eso hasta este momento en que me encontrè sin nada que hacer y decidì contarlo.


Aviso de utilidad pùblica: Lamentablemente (no sè que tanto) Ismael se enfermò mu grave y no puede continuar con su programa. Puede ser que vuelva en un futuro, pero si lo perdemos lo sentiremos mucho. ¡Lo siento por sus dudas! 

sábado, 18 de febrero de 2012

La Noche de los Bingos Vivientes (3 y ùltima parte)

En el capìtulo anterior

¿Hola? ¿Alguien recuerda esto?


Cinco premios restantes...
Para no aburrir a los lectores presentaré los premios de acuerdo al orden que fueron entregados:

5.- Un set BBQ para preparar asados, mansión incluída

Detràs de la casa està el set
4.- Una mansiòn para ubicar la mansión del set BBQ anterior.

No era esto lo que pensaba cuando busqué “incredible mansion” en google
3.- Un gatito que transforma ovillitos de lana en oro.




2.- Un pequeño paìs petrolero.


1.- El gran premio

A decir verdad, nunca alcanzamos a ver cuál era el gran premio porque después comenzaron a aparecer más personajes en el bingo y el lugar comenzó a llenarse peligrosamente de distinguidos caballeros y damas en sus años dorados que no dudaban en descuartizar, secuestrar y lanzar a una piscina con ácido (no todas al mismo tiempo ni en ese orden) a todos aquellos que siquiera se les pasara por la cabeza la idea de pensar considerar disputar algunos de los premios especiales. Y es que esta gente estaba dispuesta a bailar, llevar reliquias del pasado, comer vidrio y hasta cantar en romané con el fin de obtener algún premio.

Muchas veces no me quedó otra que tragarme la rabia y el asombro al ver cómo aquellas personas que apenas pueden mantenerse de pie en la micro o que no pueden hacer una fila en el banco lanzarse con fuerza y velocidad sobrehumanas hacia la promesa de un premio

- Deja que aprovechen de ganar premios. Están cumpliendo sus sueños...
- ¡NO!, Siento que la suerte está...
- Atención gente, debajo de sus asientos hay un número secreto. El que tenga el 3125554 es el ganador.


En ese momento reviso y no puedo creer lo que ven mis ojos

[Favor añadir mùsica circunstancial para esto]
3125554.

¡YO!, Grité. Un “WHOA” se escuchó en todo el recinto. Una luz cenital cayó sobre mí. De pronto todo comenzó a ocurrir en cámara lenta,  mis amigos aplaudían, novia oso comía papas fritas, un abuelo recogía su placa del suelo, el animador se enjugaba el sudor con la manga de su terno y mi premio... mi premio  estaba ahí...












































Fin

jueves, 2 de febrero de 2012

La Noche de Aventuras Decadentes y Discapacitadas (AD&D) parte III

En el capìtulo anterior...

Oh mierda, oh mierda, oh mierda, un guerrero gigante nos va a comer...


Valentino abrazò efusivamente a Casanova, explicando que iban a celebrar algo importante en su taberna y que de esa forma el negocio volverìa a ser lo que era. Tras las felicitaciones pertinentes, el tabernero tuvo que pedir a los guerreros un gran favor: dado que la gente que asistirìa eran personas muy influyentes querìa ofrecer el mejor servicio, para ello era necesario que estuviera presente el vino que se utilizò para celebrar la creaciòn de la campana de cristal de Celesia, el cual es muy antiguo y cotizado. El problema recaía en el hecho de que ese vino era muy difìcil de encontrar y en esos momentos la botella solicitada estaba en manos de un hechicero loco, del cual corrían rumores tanto de ser un poderoso archimago o bien de ser simplemente un viejo charlatan.
Los guerreros no tardaron mucho en evaluar la situaciòn y acceder a las peticiones del amable tabernerno, quien, por su parte, en lo ùnico que insistiò fue en que llegasen antes del anochecer.
Partieron entonces los 5 valientes a la aventura. El dìa estaba soleado y la verdad no habìa acontecido mucho, la casa del archimago estaba relativamente cerca y se encontraban planificando de què forma conseguirìan quitarle el vino cuando una carroza se detuvo frente a ellos.
Conducìa la carroza un elfo, quien preguntò a los guerreros quienes eran y que buscaban. Tras aquello, bajò un enano y finalmente se logrò divisar dentro del transporte a un bardo.
Casanova y Eleran explicaron que andaban en busca del archimago porque necesitaban cierto vino para un familiar importante que estaba a punto de morir. El enano les invitò a subir, ya que iban en la misma direcciòn y podìan dejarles muy cerca de la casa de aquel señor, sin embargo, mayor informaciòn sobre su persona no tenìan.
Los guerreros accedieron y fueron el camino disfrutando de las canciones que recitaba el bardo y hablando cada uno un poco de su vida. Al llegar al destino, el enano les entregò, en señal de haber disfrutado el viaje, una caja musical de la cual no comprendìa del todo su funcionamiento, explicando que tenìa fè en que ellos podrìan descubrirlo y que cuando lo hicieran se volverìan a encontrar para comentar sobre el artilugio. Miyarai conservò la caja y antes de bajar le dieron cuerda y aunque no emitìa sonido alguno causaba sensaciones extrañas.
Luego de aquella extraña experiencia, ambos grupos se despidieron y finalmente los guerreros habìan llegado a su objetivo: una casa parecida a la de los pitufos, con un cèsped extrañamente verde alrededor. Casanova fue el primero en acercarse e intentar charlar con el mago, pero este solo le cerrò las puertas en la cara. Tras varios intentos, Miyarai consiguiò captar la atenciòn del viejo y consiguieron entrar al hogar de este. Una vez dentro, procedieron a realizar presentaciones y explicaciones correspondientes, sin embargo, el mago (quien tan solo parecìa un charlatàn) no tenìa inteciones de ceder. Cuando ya la paciencia de los guerreros estaba por los suelos, Miyarai intentò seducir al archimago, cosa que tuvo mejores resultados de los esperados, ya que este decidiò entregarles el vino que tanto necesitaban.
Se dirigiò junto con Casanova hacia el cèsped y lo moviò hacia el lado, tras èl, se encontraba un trozo de madera sobrepuesto y al quitarlo daba paso a las escaleras (demàs està decir que cuando el semielfo viò eso sintiò su orgullo destruìdo). El hechicero lo hizo pasar, pero al entrar al lugar ambos vieron que estaba todo completamente revuelto, Casanova se percatò ademàs de que al fondo del lugar, tapado por un mueble, habìa un agujero parecido a un tunel.
Mientras el mago maldecìa de todas las formas posibles a "esas malditas ratas ladronas", Casanova se le acercò y pidiò que llamara a sus amigos para resolver el asunto y devolverle sus pertenencias, el archimago hizo caso y respondiò que si conseguìan devolverle sus cosas les entregarìa el vino como recompensa.
Al bajar, Casanova y Eleran se pusieron a examinar el tùnel, el cual aparentemente estaba recièn hecho. Kai, el joven M y Miyarai examinaron el lugar. Kai fue èl ùnico que encontrò algo de utilidad (un libro misterioso, sin embargo, parecìa ùtil).
Luego de las revisiones, los guerreros se reunieron frente al tùnel: habìa comenzado la aventura.

[Continuarà...]